miércoles, 29 de junio de 2011

1.1. Sistemas clasificatorios y caracteres taxonómicos

1.1. Sistemas clasificatorios y caracteres taxonómicos
La necesidad de transmitirse la información relativa a los posibles usos de los vegetales y animales debió de llevar a las primeras civilizaciones a establecer un primer sistema clasificatorio basado en las utilidades, a esta etapa de la clasificación se la suele llamar taxonomía popular.

Empédocles, médico griego, es el primero que empieza a vislumbrar la diferencia entre animales y vegetales; y Aristóteles elabora una ordenación dicotómica basada en la estructura y función de los organismos que se aproxima a una clasificación científica. Su fin era demostrar que en la Naturaleza rige el orden y la regularidad.

Éste y otros sistemas clasificatorios que surgen después son considerados como sistemas artificiales, pues no reflejaban el parentesco entre los grupos, es decir, la filogenia o cómo surgen unos grupos de otros y, por tanto, el grado de evolución de las clases establecidas. Su mayor apogeo tuvo lugar durante los siglos XVII y XVIII. La última gran aportación la hizo Carl von Linné, aunque puede apreciarse un acercamiento a los sistemas de clasificación naturales.

A partir de la publicación de la teoría de la evolución y de la aceptación, por la comunidad científica, del hecho de la evolución biológica, se empiezan a elaborar sistemas naturales, los cuales tratan de agrupar a los organismos de acuerdo con su parentesco evolutivo. Estos sistemas se basan en una multitud de caracteres, seleccionados a posteriori en virtud de su correlación con conjuntos de otros caracteres, a fin de formar una estructura jerárquica con un cierto valor predictivo, dando origen a la taxonomía evolutiva.

Figura 2: Árbol filogenético de algunos animales amniotas
La selección de los caracteres no es arbitraria, de ahí que se llamen caracteres taxonómicos a aquellos que son esenciales y se utilizan para la realización de las clasificaciones actuales.

Los nuevos esquemas clasificatorios propugnados por el cladismo, llamados sistemas filogenéticos, enfatizan las relaciones entre los grupos y muestran dichas relaciones mediante los esquemas llamados árboles filogenéticos (ver figura 2) y los cladogramas ( a modo de árbol genealógico familiar). El cladograma (ver figura 3 y 4) no es equivalente a un árbol filogenético, cuyas ramas representan linajes reales del pasado. Para obtener un árbol filogenético se debe añadir al cladograma información sobre los antecesores, duración de líneas evolutivas o la cantidad de cambio evolutivo. No obstante, el cladograma se usa como una primera aproximación del árbol filogenético.
Figura 3: Cladograma de los cordados

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