1.1. Sistemas clasificatorios y caracteres taxonómicos
La necesidad de transmitirse la información relativa a los posibles usos de los vegetales y animales debió de llevar a las primeras civilizaciones a establecer un primer sistema clasificatorio basado en las utilidades, a esta etapa de la clasificación se la suele llamar taxonomía popular.
Empédocles, médico griego, es el primero que empieza a vislumbrar la diferencia entre animales y vegetales; y Aristóteles elabora una ordenación dicotómica basada en la estructura y función de los organismos que se aproxima a una clasificación científica. Su fin era demostrar que en la Naturaleza rige el orden y la regularidad.
Éste y otros sistemas clasificatorios que surgen después son considerados como sistemas artificiales, pues no reflejaban el parentesco entre los grupos, es decir, la filogenia o cómo surgen unos grupos de otros y, por tanto, el grado de evolución de las clases establecidas. Su mayor apogeo tuvo lugar durante los siglos XVII y XVIII. La última gran aportación la hizo Carl von Linné, aunque puede apreciarse un acercamiento a los sistemas de clasificación naturales.
A partir de la publicación de la teoría de la evolución y de la aceptación, por la comunidad científica, del hecho de la evolución biológica, se empiezan a elaborar sistemas naturales, los cuales tratan de agrupar a los organismos de acuerdo con su parentesco evolutivo. Estos sistemas se basan en una multitud de caracteres, seleccionados a posteriori en virtud de su correlación con conjuntos de otros caracteres, a fin de formar una estructura jerárquica con un cierto valor predictivo, dando origen a la taxonomía evolutiva.
La necesidad de transmitirse la información relativa a los posibles usos de los vegetales y animales debió de llevar a las primeras civilizaciones a establecer un primer sistema clasificatorio basado en las utilidades, a esta etapa de la clasificación se la suele llamar taxonomía popular.
Empédocles, médico griego, es el primero que empieza a vislumbrar la diferencia entre animales y vegetales; y Aristóteles elabora una ordenación dicotómica basada en la estructura y función de los organismos que se aproxima a una clasificación científica. Su fin era demostrar que en la Naturaleza rige el orden y la regularidad.
Éste y otros sistemas clasificatorios que surgen después son considerados como sistemas artificiales, pues no reflejaban el parentesco entre los grupos, es decir, la filogenia o cómo surgen unos grupos de otros y, por tanto, el grado de evolución de las clases establecidas. Su mayor apogeo tuvo lugar durante los siglos XVII y XVIII. La última gran aportación la hizo Carl von Linné, aunque puede apreciarse un acercamiento a los sistemas de clasificación naturales.
A partir de la publicación de la teoría de la evolución y de la aceptación, por la comunidad científica, del hecho de la evolución biológica, se empiezan a elaborar sistemas naturales, los cuales tratan de agrupar a los organismos de acuerdo con su parentesco evolutivo. Estos sistemas se basan en una multitud de caracteres, seleccionados a posteriori en virtud de su correlación con conjuntos de otros caracteres, a fin de formar una estructura jerárquica con un cierto valor predictivo, dando origen a la taxonomía evolutiva.
Figura 2: Árbol filogenético de algunos animales amniotas |
La selección de los caracteres no es arbitraria, de ahí que se llamen caracteres taxonómicos a aquellos que son esenciales y se utilizan para la realización de las clasificaciones actuales.
Los nuevos esquemas clasificatorios propugnados por el cladismo, llamados sistemas filogenéticos, enfatizan las relaciones entre los grupos y muestran dichas relaciones mediante los esquemas llamados árboles filogenéticos (ver figura 2) y los cladogramas ( a modo de árbol genealógico familiar). El cladograma (ver figura 3 y 4) no es equivalente a un árbol filogenético, cuyas ramas representan linajes reales del pasado. Para obtener un árbol filogenético se debe añadir al cladograma información sobre los antecesores, duración de líneas evolutivas o la cantidad de cambio evolutivo. No obstante, el cladograma se usa como una primera aproximación del árbol filogenético.
Los nuevos esquemas clasificatorios propugnados por el cladismo, llamados sistemas filogenéticos, enfatizan las relaciones entre los grupos y muestran dichas relaciones mediante los esquemas llamados árboles filogenéticos (ver figura 2) y los cladogramas ( a modo de árbol genealógico familiar). El cladograma (ver figura 3 y 4) no es equivalente a un árbol filogenético, cuyas ramas representan linajes reales del pasado. Para obtener un árbol filogenético se debe añadir al cladograma información sobre los antecesores, duración de líneas evolutivas o la cantidad de cambio evolutivo. No obstante, el cladograma se usa como una primera aproximación del árbol filogenético.
Figura 3: Cladograma de los cordados |
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